La hora del baño

La hora del baño puede ser un suplicio, pero no tiene por qué ser así si ayudamos a nuestro perro a gestionarlo  y sobrellevarlo mejor. 

Con cachorros o perros que no han tenido experiencia con el baño, les será mucho más fácil aceptar este momento, en cambio, con perros que ya tienen una mala experiencia, puede llegar a costar mucho más.

Ten en cuenta, que es posible que tu perro no llegue nunca a disfrutar de este momento, pero si podemos ayudarlo a llevarlo mejor y que sea menos traumático y estresante.

Vamos a ver qué debemos tener en cuenta y cómo positivizar la hora del baño. 

Qué tener en cuenta

Antes de empezar hay que tener claros unos puntos:

    • Nunca forzar al perro.

    • Empieza a trabajarlo de forma progresiva semanas/meses antes que le toque un baño.

    • Ir siempre a su ritmo y si veis que hay algún momento en que se asusta o se bloquea, deberéis volver unos pasos atrás.

    • No es un proceso de un día, se requiere tiempo y cada perro necesitará un tiempo diferente.

    • Puedes usar premios o la lickimat colgada en la pared también es una buena opción

    • La cabeza es la parte más incómoda, déjala siempre para el final.

¿Cómo positivizamos la hora del baño?

Tanto si tienes un cachorro como si tu perro ya tiene mal asociado el baño, los pasos a realizar desde un inicio son los siguientes, pero cada uno empezará donde crea conveniente y hará algunos pasos y otros no, según el perro que tenga.

Ten presente también que si el perro ya tiene una mala asociación no solo de la bañera, sino del cuarto e incluso antes de entrar a ese cuarto de baño, deberás empezar por ahí primero.

1. Empezar haciendo juegos de olfato en el cuarto de baño, para que el cuarto sea una zona sin expectativas negativas.

2. Poco a poco, ir introduciendo premios dentro de la ducha. En el caso que tengas bañera, si es un perro pequeño, puedes trabajar primero el cogerlo en brazos, colocarlo en la bañera y salir y luego empezar con los premios dentro la bañera. Si es un perro grande, puedes probar a hacer la habilidad de saltar dentro, como si fuese un juego, y posteriormente ya empezar con los premios en la bañera.

3. Si a tu perro le gusta entrenar contigo, puedes no solo hacer olfato sino habilidades básicas en la ducha (sentado, patita..), para que no sea una estancia con malas experiencias, sino todo lo contrario, una estancia donde entrenáis juntos. Eso si, una vez entre sin problemas y se sienta algo más cómodo, no pidas ejercicios si tu perro no está emocionalmente preparado para ello. 

4. Una vez ya entra sin problema a la ducha, podéis pasar a trabajar con la alcachofa. Inicialmente solo cogerla y dejarla en el suelo mientras hace algo de olfato, y poco a poco vais añadiendo movimiento como si lo estuvieseis duchando, pero sin agua.

5. Empezamos a introducir el agua. Primero lo más lejos del perro posible, solo abrir el grifo y que lo oiga. Poco a poco a medida que pasen los días, vais pasando a mojar las diferentes partes del cuerpo. No todas de golpe en una misma sesión. Empezar por las patas, cuartos traseros, pecho, barriga, lomo y lo último la cabeza. En este paso si que os podéis ayudar de la lickimat. Puede que les sea más fácil. 

6. No olvidéis que luego toca el momento secado y también habría que hacerlo lo menos estresante posible, de modo que ir paso a paso también.

Recuerda que es posible que nunca le guste el baño, pero podemos enfocarlo de dos formas diferentes: teniendo en cuenta las emociones del perro y por tanto trabajarlo de forma muy progresiva intentando que sea lo menos estresante y negativo posible, o sin tener en cuenta las emociones de tu perro, y forzarlo a estar ahí quieto aunque lo pase mal. TU DECIDES cómo ayudar a tu perro. 

Sobretodo siempre siguiendo el ritmo del perro, respetando su comunicación, y sesiones cortitas inicialmente para evitar que se estrese y se agobie. 

Adriana Rivilla

Sobre Educación canina

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