Llevar bozal no es agradable para nuestro perro, pero podemos hacer que lo acepte y lo tolere y no lo vea como un castigo.
Si somos capaces de que el perro lo asocie como algo bueno o algo no malo, no será un momento ni una experiencia traumática el tener que llevar bozal, sino como el que lleva gafas.
¿Para qué es el bozal y para qué no?
- El bozal es una herramienta que debemos ponérselo por ley, ya sea para ir en tren, metro o por desgracia los perros PPP, o por seguridad.
- El bozal NO debe usarse como castigo. Castigar a tu perro con ponerle el bozal no va a solucionar el problema ni va a hacer que el perro aprenda. Es un parche, y encima estamos asociando el bozal a algo negativo, cuando realmente algún día quizás lo necesitemos.
- El bozal no debe usarse para evitar que el perro coma cosas de la calle. Así no le estamos enseñando nada al perro, y en el momento en que no lo lleve puesto va a ir como una aspiradora por que nunca tiene acceso a nada. Eso hay que trabajarlo de otra forma, el bozal NO soluciona ningún problema.
¿Cómo hacemos para que acepte el BOZAL?
1. Colocamos el bozal en el suelo, sin necesidad que esté cerca del perro, y lanzamos premios alrededor. Dejamos que sea el perro el que decida acercarse a coger los premios y a olfatear el bozal. Cada vez colocaremos el bozal más cerca del perro, pero seguiremos en el suelo. Se repetirá este paso las veces que haga falta hasta el que el perro se acerque sin ningún problema al bozal.
2. Cogemos el bozal con la mano, se lo mostramos, y si se acerca, lo toca, lo huele, etc premiaremos. En este paso nos interesa premiar cualquier acercamiento que haga el perro por si solo al bozal. Para que muestre interés, lo escondemos un segundo detrás de la espalda, llamamos al perro, y le mostramos el bozal. La mayoría de perros curiosos y sin miedos, se acercarán a ver qué le estás mostrando.
3. Cogemos premios y los ponemos en el inicio del bozal (imagen de abajo), de modo que el perro aún no introduce el hocico dentro del bozal, pero ya se acerca a la entrada del bozal.
4. Colocamos premios en la palma de la mano, intentando cuadrar el agujero del bozal con los premios (tal y como vemos en la imagen de abajo, y que sea el perro el que meta el hocico en le bozal voluntariamente para coger los premios).
5. Cuando el perro no tiene problema en meter el hocico en el bozal, pasamos a trabajar la permanencia en el bozal. Para ello, le daremos el premio una vez mete el hocico en el bozal, no con la palma de la mano, sino con el premio cogido en pinza, para que de esta forma, no tenga el premio tan directamente, sino que así podamos ir dando premios para ir alargando el tiempo con el bozal puesto
6. Una vez tenemos más permanencia, pasamos a empezar a atar el bozal. Primero solamente pasamos la cinta unos segundos por encima del cuello del perro y poco a poco vamos ampliando el tiempo, y en este caso volvemos a poner el premio en la palma de la mano para que nos sea más fácil coger la cinta. A medida que el perro tenga más permanencia en el bozal, le será más fácil aceptar que se le ate el bozal. [Perros con miedo o inseguridades, es importante primero trabajar el sonido de la hebilla , para que no le coja miedo al tenerlo cerca del oído]
7. Poco a poco vamos cerrando la hebilla, pero solo una vez veis que el perro tolera tener un rato el bozal sin necesidad de estar todo el rato cogiendo premio. De este modo, cuando trabajamos la permanencia, vamos alargando el momento de dar el premio, es decir, primero cada segundo, luego cada tres segundos, cada 10 segundos, etc, para así poder atar el bozal sin necesidad de que esté comiendo a la vez, y así pueda esperar a recibir el premio hasta que hayamos atado el bozal.
8. Cuando ya podemos cerrar el bozal, pasamos a generalizarlo, es decir, pasamos a trabajarlo en la calle, siguiendo los pasos anteriores aunque en este caso avanzaremos más rápido. Es importante positivizar en la calle para que lo asocie también como algo bueno, y a parte, nos permitirá jugar con el perro en el parque, hacer juegos de olfato en el césped con el bozal puesto, para que termine de asociarlo a algo muy bueno.
Recordar sobretodo que es importante no forzar al perro, ir a su ritmo, ya que será la forma en que el perro estará a gusto contigo y no tendrá problema en llevar el bozal.
Otra recomendación, que no está de más, es ir premiando de vez en cuando mientras lleve el bozal puesto, aunque ya lo tenga positivizado. Sobretodo si vamos a un sitio con gente y nuevo (ej. el metro), no cuesta nada ir premiando al perro por estar tranquilo con el bozal puesto.
Otro punto importante a tener en cuenta, es el tipo de bozal que le ponemos al perro. Personalmente os recomiendo el Baskerville por varios motivos:
- El perro puede comer con el bozal puesto (por tanto podemos premiar fácilmente)
- El perro puede beber agua (de modo que si hace calor puede beber agua sin necesidad de sacarle el bozal (en el caso de perros PPP por ejemplo, que por ley deben llevarlo siempre por la calle)
- El perro puede abrir un poco más la boca que con otros bozales, de modo que puede jadear, hecho que le permitirá transpirar mejor cuando tenga calor, estrés, etc.
Los bozales de tela, se les ajustan demasiado y no les deja transpirar bien, y por tanto en verano es más fácil que tengan problemas de golpe de calor, agobio, estrés, ya que no van a poder estar a gusto con esos bozales puestos.
Por otro lado, si vuestro perro ya lleva un bozal, pero “a la fuerza”, es decir, que no ha sido trabajado, no os preocupéis, aún estáis a tiempo de trabajarlo. Para ello os recomiendo cambiar de bozal, y empezar a aceptar el bozal nuevo mientras el otro sigue llevándolo igual. Una vez tenga ya aceptado el nuevo bozal, el otro lo eliminamos del plano, ya no se lo ponemos más.
Adriana Rivilla